El gazpacho andaluz y su calidad como producto
Uno de los alimentos de Andalucía más sobresalientes en su dieta es el gazpacho. Se trata de parte imprescindible de su filosofía de vida y cultura. Además de todas estas cuestiones, funciona como un producto cuyo valor en el mercado es extraordinario y hoy en LANDALUZ, queremos hablarte sobre las claves de sus procesos.
Desde la época de Al-Andalus, tenemos noticias de la existencia del gazpacho primigenio, aunque, lógicamente, no contenía ingredientes básicos como el tomate y el pimiento, que se incorporarían a partir del descubrimiento de América, su tierra de origen. Desde ese momento, la receta se fue popularizando en España, hasta el punto de que comenzó a exportarse a otras latitudes.
Hoy en día, el gazpacho andaluz es uno de los productos estrellas de la dieta mediterránea, por lo que es también parte fundamental de la marca España. Son numerosas las empresas, tales como Novasol, Bioterráneo o Artesanos Mi Niño, que comercializan esta receta, dejando buena muestra de su excelente potencial en todo tipo de mercados.
Entre su consumo nacional y el nivel de las exportaciones, que aumenta cada año, el sector genera más de 110 millones de euros y un total de 65 millones de litros. No obstante, para su conversión en producto, es exigible la adopción de ciertos patrones en su elaboración, que vamos a resumirte en las siguientes líneas. ¡Presta atención!
1. La calidad de los ingredientes
Se trata de uno de los valores fundamentales en la producción del gazpacho. Su receta tradicional incluye agua, pan, tomate, pimiento, sal, aceite, vinagre y pepino. Precisamente aquí reside uno de los grandes patrimonios de Andalucía, como es la calidad de sus ingredientes.
Gracias a sus excelentes condiciones geográficas, la huerta y el campo andaluz produce una materia prima de extraordinaria calidad. Por tanto, es el cuidado en la selección de sus ingredientes una de las claves más destacadas a la hora de su conversión en producto.
2. Su valor ecológico
Una manera muy interesante de segmentar el público y ofrecer una valor añadido al producto es apostar por su carácter ecológico. De esta manera, el gazpacho multiplicará sus cualidades saludables, asegurando al consumidor la degustación de un alimento totalmente natural que se compromete con la preservación del medio.
Asimismo, obtendremos un sabor más auténtico y totalmente orgánico, lo que contribuirá a mejorar la oferta en uno de los alimentos de Andalucía más característicos.
3. El carácter artesano
La actual forma y sabor del gazpacho andaluz es consecuencia de una larga evolución, que debe ser respetada a la hora de ser transformado en producto. El mantenimiento de la tradición debe ser otro de los ingredientes fundamentales para las empresas especializadas en su comercialización.
Pese a la producción en grandes cantidades, el gazpacho nunca debe perder los valores artesanos en la elaboración de su receta, pues solo así, el consumidor se sentirá verdaderamente identificado con un sabor verdaderamente reconocible.
El gazpacho, es uno de los alimentos de Andalucía más estimados a nivel mundial. Y no es por casualidad, ya que su versatilidad y su perfecto maridaje con todo tipo de manjares, entre los que recomendamos los picos o el jamón, lo convierte en uno de los productos alimentarios más completos del mercado.
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